lunes, 6 de agosto de 2012

STOP!

Qué tanto margen existe entre el prejuicio y la discriminación? Serán las mismas cosas?  El prejuicio es personal e introvertido y la discriminación es el prejuicio expresado, puesto en evidencia? Uno puede pensarlo pero si lo dice está mal?

En qué se basan los prejuicios? Si vamos al caso, la palabra misma lo dice. Es un pensamiento previo a una opinión o valoración. Es algo que uno imagina basándose en cosas que conoce (o no). Es una forma de prepararse para algo que no se quiere, algo negativo. Digo negativo porque, si fuese positivo, dejaría de ser un prejuicio para convertirse en un anhelo, un pálpito u otras palabras más. El prejuicio es negativo.

Desde dónde y hacia dónde se dirige? Dependiendo de qué tipo de prejuicio se trate. Puede ser en base a clases sociales (rico o pobre), religión (distintas creencias), raza (etnias, costumbres, cultura) y estética (físico, forma de vestir, peinado), entre otros... los más "conocidos" históricamente. Tanto desde lo general y desde lo particular. Desde un grupo social o hasta una sola persona.

Es difícil aceptar en uno mismo cuando se prejuzga algo o a alguien. Yo lo he hecho y supongo que es un rasgo común en muchos... o lo supongo porque no quiero creer que soy el único. Creo que un mal social. Un defecto que inconscientemente adquirimos por distintos elementos de nuestro entorno. Es un círculo, que va y viene... algo recíproco. Así como uno tiene prejuicios sobre alguien, también es susceptible a ser prejuzgado por otro alguien. Y eso es lo que no le gusta a nadie: ser prejuzgado, discriminado. 

No me voy a poner a filosofar explayándome en frases como "no juzguéis o seréis juzgado"... o el "no hacer a nadie lo que no nos gusta que nos hagan". Pero esto si me convence, que el hecho de prejuzgar, no prefiere raza, religión ni clase. Ya que se presenta en todos los ámbitos.
Tanto desde un extremo hacia el otro. De un rico hacia un pobre, y viceversa, de un "cheto" a un "negro" por ejemplo. Pero también hay desde "chetos" hacia "chetos" y desde "negros" hacia "negros".

Entonces, si pensamos en discriminación, hay alguien "bien" y alguien "mal". Alguien admitido y alguien marginado. Y también existe el "automarginado"... que no es más que la reciprocidad de la idea.

Todo este chorizo de palabras e idas y vueltas de arriba, se me vienen planteando desde hace un tiempo y estos días lo estoy profundizando mucho más... desde cuando surge el término "INCLUSION" en mi entorno... como idea de incluir a alguien que no lo está.

Pero quién incluye a quién? Es una idea de revertir la marginación? O sea, los que incluyen ahora, son los que antes marginaron? O se autoincluyen los marginados?

Y resulta que no sé en qué punto estoy yo. Si, a mi entender, por más prejuicios que haya tenido (y tenga todavía), creo que no llegué a marginar a nada ni nadie. Ni tampoco me he sentido marginado.

Lo que sí sé, y lo estoy laburando y es algo que me gusta cada vez más, es romper esa falsa diferencia que en algún momento se nos metió en la cabeza. Esa idea de que hay alguien mejor y alguien peor, tratando desesperadamente de creer que uno está del lado de los "mejores". 
Me pasa a tal punto en que me incomoda (no quiere decir que no me agrade) recibir reconocimientos o "alabanzas" por lo que hago o cómo lo hago. Ya que soy yo, es lo que me tocó y es lo que me gusta. Y cada uno tiene sus características que los hace ser quienes son, tanto individualmente y como parte de un grupo.

Cosas que por X o por Y, a cada uno nos tocó lo que somos ahora. Y a hacer lo que podemos (y más), con lo que tenemos. Pero nadie es mejor que nadie. Creo que acá si encaja perfectamente el término de INCLUSION. En el marco de las oportunidades. Incluirnos a todos en el amplio "abanico de posibilidades" (término muy usado en la facu, el cual pensé nunca utilizar fuera de ella). Ya que cómo las aprovechemos o desaprovechemos, depende pura y exclusivamente de nosotros, reconociendo la importancia de que éstas oportunidades se dan para todos por igual... entonces ahí es el momento de superarnos a nosotros mismos para alcanzar lo que queremos, sin generar comparaciones ni prejuicio alguno.