jueves, 21 de febrero de 2013

Autosuperación... de una noche de verano

Mucho tiempo sin pasar por acá. En la última entrada del año pasado desvariaba con los balances de fin de año. Ahora, ya habiendo pasado todo eso (vacaciones excelentes en Formosa, desenchufe total como pocas veces antes me había pasado, pilas cargadas al máximo, etc), de nuevo acá. Córdoba, más de la mitad del segundo mes del año nuevo que ya casi deja de serlo.

Empezó con todo, no sé si si eso de los mayas tuvo algo que ver o no (vapuleo mediático de fin de año pasado), pero al fin y al cabo acá estoy... renovado, como ya dije. Pero algo distinto también. Distinto bien, obvio... no dejo mi costado optimista por nada del mundo.

2013: último año de estudiante. Lo digo tan seguro porque es la única manera de que suceda, sin dar lugar a dudas ni vaivenes. "¡¡¡ESTE ES NUESTRO AÑO!!!", me decía una amiga en el brindis de año nuevo mientras chocábamos las copas una de tantas veces aquella noche. Y nos referíamos quizás solamente a lo académico, a nuestros estudios. Pero va más allá de eso, llega hasta lo personal, lo afectivo, laboral y tantas otras cosas más si se quiere... porque al fin y al cabo son deseos, pero si uno no se propone esas metas, es imposible que llegue a alcanzarlas.

Ahora, de madrugada, al igual que tantas otras veces que escribo por acá (algo tendrá que ver, no?). Menos distracciones y el tiempo exacto  para replantearse, pensar y repensar tantas cosas. Más de una vez me jugó en contra. "La noche debilita los corazones", dice Ismael Serrano en uno de sus grandes temas... y tiene algo de razón, al menos, a mi parecer... los corazones y las mentes.

Momento de relax extremo. Escuchando Pink Floyd (tercer disco completo seguido), tomando el 3er vaso de fernet de la noche, habiendo cenado algo raro (inventado o no, pero no convencional al fin)... todo esto porque estoy a pocas horas de ir a enfrentarme a la nota de mi última materia. Ese maldito momento mucho peor al de antes de rendir. Pero como cité arriba, algo distinto hay en este 2013... y puedo reforzarlo viendo cómo me siento justo en este momento: último examen, última materia (por más que aún falta la tesis), habiendo estudiado mucho, ido a clases de consulta sin tener siquiera una duda... todo eso y ya habiendo rendido la fucking materia y estando totalmente confiado en que me va bien... ahí está lo distinto. Creo que en mi historia de estudiante, ésta es la única vez que REALMENTE me siento seguro y confiado en que me va bien. Antes siempre algún error había, y daba pié a dudar si se aprobaba o no. Ahora no. Ahora, en lo que a mi respecta, en cuanto a mi noción de la materia y lo que yo dí, estoy confiadísimo en que me va bien.

Pero mi personalidad insegura no me deja tranquilo. No puedo tranquilizarme ahora. Es peor esperar la nota (durante una semana) antes que rendir la materia. Es tan relativo un examen, la corrección, lo que te toman, los nervios que uno tiene, lo que sabes o crees que sabes, el humor del profesor cuando corrige... etc, etc. Así y todo acá estoy, luchando contra mi inseguridad. Y justamente este es otro de los factores que hacen que yo me plantee este 2013 como "distinto". Por X o por Y, afortunadamente, estoy desbordante de optimismo (si, más que de costumbre). Y me juega muy a favor, al menos por ahora. Es zarpado. Pocas veces, si no es la primera, me pasó algo similar... si, ya sé, ya está, demasiado meloso y ególatra como para ser yo, no? Quizás sí, pero qué bien que se siente una dosis de esto... y hasta me resulta interesante el "juego" que se me arma. Porque sé hasta dónde puedo llegar, y también sé que cuando llegué, todavía puedo avanzar más.

El problema que existe y que alimenta mi inseguridad, es el miedo... no temor, fobia ni esas cosas, sino el miedo a que no funcione como uno quiere (algo que de alguna u otra manera ya esbocé algún comentario en entradas anteriores). El miedo de sentirse tan bien que de un zarpazo puede cambiar todo. El miedo de que aparezca un factor externo (desconocido, imposible de manejarlo) y que me saque de este estado de trance, de "esplendor". Porque, dejando de lado el optimismo extremo y siendo realista, existe la posibilidad de que no apruebe, por todos esos factores que nombré más arriba. Y por más confiado que uno esté, sigue siendo algo relativo. Ahí surge mi inseguridad, mis nervios, ansiedades y desequilibrios (suena grave, pero no lo es tanto). Sé que por más que diga que si no apruebo no importa, "la próxima será" y esas cosas, es una gran mentira. Ya me pasó la última vez que la rendí. Y el problema está en la confianza.

La confianza es algo a lo que uno le pone fichas, como apostar groso en un juego donde te tocaron las mejores cartas. Pero sigue habiendo un margen importante de relatividad. Algo que no depende de mi. La confianza se basa en lo que se ve, lo que se conoce, lo que se cree... pero deja totalmente de lado a la incertidumbre (lo que no sabemos, algo externo que va a afectar positiva o negativamente al resultado). Y ahí entra la personalidad de uno, autoconvencimiento, conocimientos, etc; luchando ferozmente contra el azar... eso que no podemos manejar. Y por eso uso la palabra "azar"... porque la confianza en este caso, tiene quizás el mismo condimento que en un juego, donde uno apuesta a lo que cree que le conviene, hay veces con pálpitos y otras veces con mucha seguridad. Y así estoy yo, con mucha seguridad, que trata de ganarle al miedo.

Qué se viene ahora? No sé. 4to disco de Pink Floyd, y 4to vaso de fernet (esto de escribir retrasa el pico, por suerte). A ver si puedo dormir, a ver si el fernet hizo bien el trabajo de tranquilizarme. Para mañana levantarme, darme una sobredosis de té te tilo e ir a esperar a la facu, en ese palier caluroso, lleno de estudiantes que, al igual que yo, están más nerviosos que testigo falso. Sale el profesor con las actas y empieza a leer sólo los nombres de quienes aprobaron. Escuchando festejos de quienes fueron nombrados y viendo caras largas de quienes han sido pasados por alto. Aumentando mi ansiedad a medida que se acerca a la M... Ma, Me, Mi... Mo....iraghi dirá el profesor y voy a gritar como si la seleccíón argentina ganase el mundial (el único vestigio futbolero que existe en mi persona)... ése es el optimismo asqueroso que cargo ahora. Mañana... mañana al mediodía será eso. Con toda la confianza, seguridad, autoconvencimiento y lo que sea que tenga hoy, y quién sabe cuándo se vuelta a repetir esta autosuperación... espero que pronto, porque la verdad, que cada vez me está gustando más.