lunes, 30 de marzo de 2020

Casilleros para tildar

Primer día de la segunda quincena de aislamiento.
Llegué a Córdoba el domingo 15 de marzo. El mismo domingo, a la tarde, se decreta la "cuarentena sugerida" (o no sé qué nombre exacto tenía). No era obligatoria sino recién desde el viernes 20. Pero bueno, de todas maneras, ya no pude empezar a hacer lo que venía a hacer.
Quién diría que allá por el 11 o 12 de febrero (*), cuando saqué pasaje para venir me hubiera imaginado que se frenaría todo, no?
(*)Aclaración: compro con al menos 30 días de anticipación para que el pasaje me salga menos de la mitad de precio, "técnica" que venimos usando con Damián desde hace bastante en este casi año y 8 meses que llevamos en relación a distancia, para ahorrar y planificar nuestro calendario.
Quién hubiera dicho que, en un abrir y cerrar de ojos, ya estaría acá, no? Y ya hacen quince días desde que llegué.
Vengo a buscar laburo, a charlar con conocidos colegas, a activar mi reconexión con Córdoba después de unos cuantos años que fui a Formosa. Las vueltas de la vida (y yo, que me subo a dar esas vueltas), me tienen acá de nuevo. Buscando "tildar todos los casilleros", esos que uno siempre tiene pensado tildar a lo largo se su vida, o al menos intentar llegar con la lista lo más completa posible. Y claramente el casillero que me faltaba tildar era el de "amor". Vine por amor... a mi y a Damián. Para apostar a pleno en la relación que elijo, y sentirme pleno yo, tomando las decisiones que sean necesarias, por más complejas que sean. Antes tenía tildados los casilleros laborales, familiares, etc, y el del amor estaba a medias (a distancia). Ahora se invierte la jugada. Tengo tildado el de amor (y habiéndolo tildado, aparecen otros nuevos a tildar), y se me destildaron los otros. Y acá quiero aclarar que esto de los casilleros tildados o sin tildar, son pura y exclusiva elección de cada unx, sin caer en redundancias de mandatos impuestos ni nada. Cada unx elige qué casillero quiere en su lista, y si se juega a tildarlo o no.
Pero bueno, en eso estoy ahora... y a penas pude completar y mandar CV por mails y completar al 100% los perfiles en Zonajobs o Computrabajo (?)... con más concentración pero, al fin y al cabo, lo mismo que estaba haciendo en Formosa antes de venir... en ese tiempo de espera que denominé "aguante" y que casi llegué a odiar por no saber cuánto iba a durar, y que sólo dependía de mi decisión... qué loco. Ahora, de nuevo. Espera y aguante. Obviamente, salvando las amplias diferencias de ambos casos: El primero totalmente mío; el de ahora, algo que va a escala mundial.
Nunca pensé vivir algo similar. Realmente de película. Y qué les puedo contar? Pienso mucho, demasiado... más que antes. Estos 15 días, desde que llegué hasta hoy, fueron muy introspectivos. Y a pesar de los pesares, no saben lo que agradezco esto. La obligación de frenar un rato. La obligación de pensarme y verme ya en Córdoba y no en Formosa, donde me siguen esperando muchas cosas (pero no es nada que no pueda hacerse a distancia, como venía haciendo con mi relación).
La obligación de verme en el departamento de Damián y ya no sólo de visita. Ya guardé la ropa que traje en un sector del placard que él hizo para mí. Estoy cumpliendo (o empezando a cumplir), esa idea, ese proyecto que tuve ganas de realizar (sólo y con Damián, claro). Y se da ahora, junto a la obligación de tener que parar el ritmo acostumbrado, ese de intentar tener siempre el control de todo, la rutina, de ansiedad al palo, de tener que cubrir cada hora del día con actividades para sentirme útil.
Ahora me tengo que quedar en casa. Por mi salud y la de lxs otrxs. Con todo mi Yo de siempre, el de antes y el nuevo de ahora que es en una parte yo, y en otra parte nosotros.
Con todos los cuestionamientos que me genera esto. La autocrítica, el hacerme cargo de muchas verdades. Pensarme y repensar mis privilegios: el de poder estar "aislado" con toda la comodidad y la seguridad de poder estar estos días sin tener la necesidad de salir a laburar y buscar el mango (confieso que algo ahorré y tengo un laburo "freelance" que me va a ayudar este tiempo hasta que algo salga, pero al igual que ningún otrx, nunca planifiqué esta cuarentena); El privilegio de que mi pareja tiene un hogar en el que me recibe y me lo comparte como si fuera mío; El privilegio de tener servicios básicos y la posibilidad de seguir en contacto con mis afectos por más aislamiento y distancia que nos separen; El privilegio de no tener que preocuparme por muchas cosas más que por que pase esta pandemia y volvamos a salir; El privilegio de pensar y cuestionar si esto que me está pasando, lo puedo aprovechar y así sacar lo mejor de mi y de quienes me rodean; El privilegio de poder "esperar"; El privilegio de poder decidir; El privilegio de poder jugármela y arriesgar...
Cómo pesan los privilegios. Y qué muchos otros tengo. Los necesito? Quizás si. Pero no pesan porque los necesite o no, sino porque hay quienes no los tienen. Un tema más para pensar para poder actuar.

Entonces, de qué va esto de la cuarentena o del aislamiento? Es tan negativo como suena? Es necesario cuestionarse y hacer todo este decantamiento? Ni ahí. A mí me agarró por este lado. Creo que a cada une le pasa lo que le pasa, elija o no. Hay quienes se rebelan ante las normas y obligaciones y no les pinta aislarse porque ven las normas y obligaciones como negativas. Hay quienes entienden la realidad de otro modo, y eligen aislarse porque lo ven como algo necesario. Hay quienes romantizan la cuarentena. Hay quienes se quejan de lxs que romantizan la cuarentena. Hay quienes se hacen "fit". Hay quienes nos hacemos "fat". Hay quienes se comparan. Hay quienes conspiran. Hay quienes concientizan. Hay quienes hacen memes (gracias). Hay quienes se quejan mucho. Hay quienes leen, tocan música hacia adentro y hacia afuera. Hay quienes escriben. Hay quienes maratonean con series. Hay quienes "tiktokean". Hay quienes laburan desde casa. Hay quienes tienen que salir. Hay quienes se deprimen. Hay quienes están solxs. Hay quienes no se pueden ni ver. Hay quienes están en peligro. Hay quienes están enfermxs. Hay quienes curan. Hay quienes lxs aplauden. Hay quienes ayudan. Hay quienes no pueden más. Hay quienes... Hay...
Y uno acá, entre todxs esxs quienes. Que son otrxs y que son unx mismx.
Tengo la esperanza de que de esta salimos bien. Y mejores, por qué no? Me viene a la memoria Galeano y las utopías. Quizás estamos viviendo una de las más grosas utopías y no lo sabremos hasta que haya pasado, y miremos hacia atrás y pensemos, cuestionemos y nos veamos desde otro lado. Y cuando digo "nos veamos", me refiero al plural. A que nos veamos como individuos en sociedad. Donde mi acción tiene una consecuencia hacia otrxs y donde elijo que esa consecuencia sea siempre positiva. Utopías que hablan de patear el tablero. De invertir los órdenes impuestos. De equilibrar las cosas. De sanar. Qué lindo suena todo, no? Creo que estamos muy lejos de eso todavía. Pero también creo que todo esto es una oportunidad única que se da a todxs, en todo el mundo.
Depende de unx cómo la aproveche.
"A veces, se te aparece cuando no la estás esperando.
Y cuando más la necesitas, si ella quiere, se da una vueltita por tu vida.
Otras veces, por más que la busques con desesperación, ni siquiera se asoma.
Igual, no te preocupes. Porque dicen que ella, la oportunidad, siempre te anda encontrando."
Don Timoteo 2017
Ah, me olvidaba.
Falta menos que antes.

1 comentario:

  1. Gracias por compartir tus sentimientos, sensaciones y esperanzas. Noto mucha inclusión en lo que expresás, evidencias ansias de futuro compartido, no dividido, y adhiero...la utopía es eso que nos permite seguir buscando. Te quiero mucho SP!

    ResponderEliminar