jueves, 28 de junio de 2012

Virtualidad: Realidad Irreal

Hace unas horas en una cena con amigos, les conté lo siguiente. Ayer me pasó algo muy groso. De esas cosas que uno se podría sentir orgulloso. Una sensación de victoria sobre distracciones, vicios o debilidades (ojalá fuera el cigarrillo).
Maduré. Eliminé de mi cuenta de facebook, el Cityville (de nada para todos los que eran víctima de innumerables publicaciones en las noticias de sus cuentas).
Para los que no lo conocen, es uno de esos juegos de facebook que, si uno es débil ante estas cosas como yo, terminás adicto y llega un punto que el sentido lúdico con el que uno juega al principio, pasa a último plano. A tal punto de generar una dependencia casi enfermiza. Como la mayoría de los video-juegos. Subir de nivel, cumplir misiones, recibir recompensas, etcétera.
Con la ENORME diferencia, que éstos juegos on-line, requieren una participación colectiva, que va más allá de lo que uno puede hacer dentro del juego, ya que terminás involucrando a amigos a los que pedís ayuda para que tu juego sea aún más completo y requería cada vez más atención. Como el famoso Dinky-Dino, también conocido como Tamagotchi... (regresión).
En fin, con esto no quiere decir que dejé de lado mi "costado lúdico". Todavía me quedo con grandes hitos como el tetris, o juegos de ingenio o destreza mental que, para bien o para mal, también están en facebook.
No los aburro más con inescrupulosas explicaciones sobre mis actividades en el mundo virtual. Era sólo una breve reseña introductoria a esta sensación de "victoria" ante algo que me atrapó hasta el cansancio.


Todo esto me dejó pensando en esta gran polémica contemporánea... la dicotomía entre lo real y lo virtual.

No quiero ahondar en temas como el acelerado avance tecnológico y de comunicaciones, sólo tirar algunas reflexiones sobre en qué lugar estoy yo, como usuario (consciente o no), de éste fenómeno.
Qué tan dependiente soy de ésto? Mucho. Estoy la mayor parte del día conectado a internet, desde la pc, desde el celular, en cualquier lugar. Mensajes de texto, chat vía celular, llamadas, televisión, radio por internet, etc. Buscar direcciones y teléfonos por internet, comprar cosas por internet, estudiar, ver películas, escuchar música, leer, opinar, escribir, jugar y otras tantas innumerables posibilidades que aún se siguen sumando a esta interminable lista. Algunas con un trasfondo totalmente distinto como "conocer" gente nueva, "sociabilizar", y otros términos extraídos de la realidad, que no se aplican a lo virtual, justamente por no tener la esencia de lo tangible... o quizás si, pero en algún momento se termina.



Se me vienen a la mente esas publicidades de empresas de telefonía o internet, que hablan de la posibilidad de estar en contacto permanente con personas que tenemos a varios kilómetros de distancia, con las mismas sensaciones y emociones como si estuviéramos uno frente al otro. Que algo de cierto tienen (más allá de la finalidad comercial propia de estas empresas). Me sirve para estar en contacto con mi familia y amigos que se encuentran en otras ciudades... escucharlos, hablarles, verlos, etc... pero todo mediante un artefacto de por medio.


Qué tan real puede ser algo que se transmite virtualmente? Qué tanto le llega a uno? Qué tanto lo llena? Eso depende de cada uno. 


Muchas veces me preguntaron qué tan interesante encontraba internet como para estar casi todo el día conectado. Es algo totalmente personal. Al igual que yo pienso que internet es una herramienta maravillosa... siempre y cuando se sepa utilizarla. Hay personas que la usan más, otros menos, otros nada. Y cada uno, fuera de ella, sigue igual (creo).
Pero no deja de ser virtual, que por más realista que pueda llegar a ser, sigue siendo irreal. La contrariedad de decir "acercarnos, estando físicamente lejos". Falsos avatares que se anteponen ante nosotros y con los que nos "resguardamos". Nos sentimos intocables, o con más huevos para decir tal o cual cosa... y quizás en la vida real no sea tal cual así. La vida real maneja tiempos, espacios, distancias, emociones, etc. que la virtual no, porque nos da la posibilidad de proponer y disponer de esto a nosotros mismos (o eso es lo que nos hace creer).


Me recuerda a la escena de Matrix... la pastilla roja o la azul. Realidad/Virtualidad. Verdad/Mentira. Tangible/Intangible. Ser/Aparentar... y quizás fuí, soy y seré víctima de esta "doble vida", al igual que muchos otros. 


Lo ideal es que esa realidad irreal de la que formamos parte y armamos o desarmamos (si se nos permite), se despoje cada vez más de lo virtual e intangible. No dejándola de lado ni desaprovechándola, sino ganando transparencia para que esa brecha que las separa, cada vez sea menor.

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